¿QUÉ SABES TÚ QUE NO SEPAMOS?
Job 15:9
Llega
el turno del juicio de Elifaz. Él se propone no condenar sino desenmascarar a
Job, quien defendía su integridad.
Elifaz
se atribuye justicia y sabiduría destacando las cabezas canas y edad avanzada
de los confrontadores. Por lo tanto, si
Job se consideraba Justo, no era el único que estaba en la condición de serlo.
Si sabía o entendía algo, ellos también se encontraban en tal posición.
Sus
amigos ‘confrontadores’ le instan a considerar y apreciar las palabras que con
dulzura se le manifestaban (acusaciones directas). Job, en su defensa declara:
“Consoladores molestos sois todos
vosotros. Dios ha escondido de vuestro corazón la inteligencia”.
Pero,
¿qué sabía Job que ellos (sus amigos) ignoraban? Lo que tú y yo muchas veces
ignoramos y con ligereza emitimos juicios absurdos, incoherentes, desatinados,
ridículos y crueles: LA VERDAD.
La
verdad en esta historia es que Job era inocente, y las acusaciones, falsas. Las
intenciones eran buenas, pero el diagnóstico equivocado. Los jueces pudieron
ser los indicados, pero no el juicio. La reflexión es clara: Cuando la verdad se torne incomprensible o
incompleta, abstengámonos de juicios.
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