viernes, 7 de marzo de 2014

En El Principio

EN EL PRINCIPIO
En el principio creó Dios los cielos y la tierra”

Génesis 1:1 despierta un GRAN dilema entre la cosmovisión evolucionista y la creacionista (incluso la deísta). Y es que afirmar Génesis 1:1 o negarlo, es un asunto serio. Si Dios no es el Creador, ¿quién fue? Es cierto que no hay lugar a especulaciones, pero, ¿realmente podemos “chantar” esta responsabilidad a la ‘madre’ Casualidad, decir ser ateo y asunto terminado? Pues, lo anterior es ridículo.

No pretendo ahora aquí presentar argumentos de creación y evolución. Mi intención es meditar en este versículo y hacerla mi afirmación o vivir ajena a ella.

Siendo que tanto evolución como creación son ‘teorías’ (por no pasar una fase del método científico: observación) trataré de ser coherente con mis alternativas:

a)     Si acepto esta afirmación, debo aceptar la fidelidad de esta fuente y ser coherente. Si acepto la fidelidad de esta fuente, automáticamente percibiré una deidad suprema cuyos atributos y/o perfecciones se expresan amplia y claramente en la misma. (…)

b)    Si no acepto esta afirmación, puedo vivir ajena a ella y ser coherente. Puedo no aceptar la fidelidad de esta fuente o aceptar muchas fuentes. Puedo no percibir una autoridad suprema o aceptar muchas autoridades supremas. (…)

Lo tomo o lo dejo simplemente, diríamos. Pero eso NO RESUELVE NADA.

Si no hubiese Dios (suposición para creacionistas) lo peor que me pudo suceder fue no experimentar la  llamada “libertad” y experimentar la satisfacción de llevar una vida piadosa.

Si hubiese Dios (suposición para evolucionistas) lo peor estaría por suceder, el juicio.

Dios en su “ética profesional” (llámalo como quieras) no se hace “paltas”. Él se describe en su palabra y es fiel en lo que enseña. Puedes llamarlo mentiroso y negar o ridiculizar sus afirmaciones, pero no puedes cambiar los hechos o fabricarte un nuevo Dios de acuerdo a tus intereses. Dios actúa de acuerdo a su soberanía ayer, hoy y siempre.





Referencias

-       Gn. 1:1: “En el principio creó Dios lo cielos y la tierra”.
-       Blas Pascal: “Prefiero equivocarme creyendo en un Dios que no existe, que equivocarme no creyendo en un Dios que existe. Porque si después no hay nada, evidentemente nunca lo sabré, cuando me hunda en la nada eterna; pero si hay algo, si hay Alguien, tendré que dar cuenta de mi actitud de rechazo.


-       C.S Lewis en ‘Mero Cristianismo’: “Un hombre que fue meramente un hombre y que dijo las cosas que dijo Jesús no sería un gran maestro moral. Sería un lunático —en el mismo nivel del hombre que dice ser un huevo escalfado— o si no sería el mismísimo demonio. Tenéis que escoger. O ese hombre era, y es, el Hijo de Dios, o era un loco o algo mucho peor. Podéis hacerle callar por necio, podéis escupirle y matarle como si fuese un demonio, o podéis caer a sus pies y llamarlo Dios y Señor. Pero no salgamos ahora con insensateces paternalistas acerca de que fue un gran maestro moral. Él no nos dejó abierta esa posibilidad. No quiso hacerlo.

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