viernes, 2 de mayo de 2014

FRUCTIFICAD Y MULTIPLICAOS

FRUCTIFICAD Y MULTIPLICAOS

Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos…”
Génesis 1:28

Es interesante notar esta conocida expresión cuando se hace referencia a la creación del hombre el sexto día de la obra, pero es más interesante reconocer la misma versículos antes refiriéndose a los animales, “Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquese las aves en la tierra” en Génesis 1:22. Asimismo se utiliza un equivalente en las plantas, “Produzca la tierra hierba verde, hierba que de semilla; árbol de fruto que de fruto según su género, que su semilla esté en él” en Génesis 1:11.

Me pregunto dos cosas:
1.     ¿Por qué el mandato siendo que Dios podía crear y recrear su obra una y otra vez?
2.     ¿Cuál es la diferencia entre el mandato de Dios a los animales y plantas con el mandato dado al hombre?

Dios es Poderoso pero también inteligente, si él no hace cosas por nosotros es porque así lo quiere, no porque esté limitado a hacerlo. Es inteligente crear y hacer que la misma creación se multiplique. Pienso que de una manera similar como funciona el ‘libre albedrío’.

Hay una diferencia entre estos mandatos, ya que al hombre adicionalmente se le dice, “llenad la tierra y sojuzgarla, y señoread…” Es obvio que esta responsabilidad no podía caer sobre los animales y plantas, sino sobre quien Dios había dado cierta autoridad: el hombre.

El hombre también tiene la capacidad de fructificar espiritualmente (contrario a los animales y plantas) y este tipo de fruto es el que Dios quiere en este tiempo. “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo de.” Juan 15:16.





REFERENCIA BÍBLICA

Romanos 7:4
Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.”

En la parábola del sembrador Jesús habla de los cuatro diferentes tipos de personas que escuchan la Palabra de Dios. El segundo y tercero eran aquellos que fueron infructuosos, mientras que en el último, el loable, es el que “oye y entiende la Palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta y a treinta por uno” (Mateo 13:23).

Juan 15:8 
En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto

Juan 15:1-2 
“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador... y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.”

Juan 15:4-5,8
 “Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.”

Juan 15:1-2
 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.”

Romanos 6:20-22

 “Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario