martes, 16 de diciembre de 2014

CUANDO FALTAN LAS PALABRAS

CUANDO FALTAN LAS PALABRAS
… y ninguno le hablaba palabra, porque veían que su dolor era muy grande”.
(Job 2:13)

Al enterarse del mal de Job, tres amigos suyos: Elifaz, Bildad y Zofar, vienen cada uno de su lugar (Temán, Edom; Shuhu, Éufrates medio y Naama, probablemente país de Arabia, respectivamente) para condolerse con él y para consolarle (v.11).

Los cuales, viendo a Job y la desgracia suya, lloraron a gritos y rasgaron sus mantos en señal de duelo. Así se sentaron con él siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra porque veían que el dolor era muy grande (v.13).

¿QUÉ DECIR CUANDO NO SABES QUE HACER?
Nada. No agravar el dolor (como la esposa de Job).
En estos casos, el silencio es el mejor consuelo.

¿QUÉ HACER CUANDO NO SABES QUE DECIR?
Esperar. Los amigos de Job esperaron siete días y siete noches.
En estos casos, condolerse implica la compañía incondicional.


Quizá no nos toque hacer el papel de Job, pero sí el de sus amigos. Dios nos dé sabiduría y discernimiento suficientes para condolerse y consolar al hermano herido. No es un mero acto de cortesía, sino la actitud de un corazón compasivo, un sentir divino

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